Es importante restablecer la función lo antes posible. Esto debe dirigirse a la persona en su totalidad y no sólo a la lesión. El tipo de lesión y la motivación del paciente determinarán el método más adecuado. Si se descuida, puede desarrollarse un edema y perderse masa muscular y función.
La elevación de la extremidad inferior puede lograrse fácilmente elevando el extremo de la cama o apoyando la extremidad sobre almohadas apiladas. Las lesiones del miembro superior pueden apoyarse en un cabestrillo siempre que el brazo se ejercite con regularidad.
El movimiento activo estimula la circulación, bombea el líquido del edema, evita la adhesión de los tejidos blandos y favorece la curación. Incluso una escayola no es una contraindicación para el ejercicio, ya que permite la contracción muscular estática. Los movimientos nunca deben forzarse y sólo deben realizarse hasta el punto de dolor.
El movimiento asistido puede realizarse con ayuda de máquinas. Los dispositivos de movimiento pasivo continuo (MPC) son armazones motorizados de diversa construcción que proporcionan flexión y extensión continuas.
A medida que mejora el estado del paciente y se gana confianza, debe prestarse cada vez más atención a actividades funcionales como caminar, vestirse y comer.
La motivación es esencial para un progreso adecuado y debe explorarse en todos los casos de bajo rendimiento.
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