Si la madre no puede amamantar al bebé, puede utilizar leche de vaca, normalmente modificada de algún modo.
El uso de leche de vaca en lugar de leche humana presenta algunas desventajas:
- la leche de vaca contiene más proteínas, sobre todo cuajada o caseína, que pueden ser difíciles de digerir para el bebé y provocar una obstrucción intestinal
- la leche de vaca tiene un mayor contenido en grasa y fósforo, lo que puede provocar hipocalcemia por quelación, y dar lugar a y adaptación, especialmente en las dos primeras semanas de vida
- la leche de vaca tiene un mayor contenido en sodio, lo que puede provocar hipernatremia con la consiguiente adaptación y daño cerebral. Es más probable que esto ocurra cuando el bebé tiene una infección, como una gastroenteritis.
- el bebé puede ser alérgico a la leche de vaca; es poco probable que se manifieste hasta más tarde
- la leche de vaca tiene un bajo contenido en vitamina C en comparación con la leche materna humana; un niño alimentado con leche de vaca no enriquecida puede sufrir carencias.
- la leche de fórmula cuesta dinero. Esto es preocupante en los países en desarrollo, donde la publicidad hace que los alimentos artificiales parezcan "occidentales" y, por tanto, seguros.
- en el mundo desarrollado, las madres suelen preparar leche en polvo demasiado concentrada, en la creencia de que más es mejor. Esto puede provocar hipernatremia en el lactante. En el mundo en desarrollo, la tentación es la contraria, hacer que la leche dure más, lo que provoca desnutrición.